Fuente: www.idealista.com

Estamos en un momento de máxima incertidumbre. Una inflación desbocada, un conflicto bélico en Europa, un crecimiento más débil de lo esperado, unas facturas que no paran de subir… y sin que la economía se haya recuperado completamente del golpe de la pandemia que estalló hace ya dos años.
El escenario actual llena de dudas y preocupaciones a los ciudadanos, sobre todo los que tienen contratada una hipoteca o están buscando financiación para comprar una casa. Y no es para menos: poco a poco están aumentando las probabilidades de que vuelvan las subidas de los tipos de interés y, con ellas, un encarecimiento de las cuotas de los préstamos. Un desembolso extra al actual sobrecoste de la cesta de la compra, los servicios básicos del hogar o el transporte.
Pero ¿hay motivos para la preocupación? ¿Veremos subidas de tipos este año? ¿Qué medidas podrían tomarse para contener la inflación? ¿Qué pueden hacer las familias para protegerse de la subida generalizada de los precios? Economistas y expertos del mercado hipotecario explican qué podemos esperar de cara a los próximos meses y por qué es tan complicado encontrar una solución inmediata.
¿ SUBIRÁN LOS TIPOS EN 2022 ?
Todavía no está claro, aunque el mercado da por hecho que al menos habrá una subida de los tipos de interés después de verano. El precio del dinero lleva desde primavera de 2016 afincado en el mínimo histórico del 0,0%, aunque la escalada de la inflación, que en la eurozona ha batido récord en enero y febrero y en países como España está en máximos desde hace más de tres décadas, podría propiciar la primera subida de tipos desde 2011. Santiago Carbó, director de Estudios Financieros de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), afirma que la subida del precio del dinero “es una de las grandes incógnitas del año”. “En un escenario central, el BCE esperaría hasta el próximo año porque sus supuestos para hacerlo (inflación impulsada por shocks más o menos acotados temporalmente y recuperación aún no suficientemente robusta) siguen ahí. El problema es que, si la inflación se prolonga, el escenario se va a complicar bastante. Y la realidad es que ya es muy probable que se prolongue más allá de la primavera, lo que rompe con las previsiones de inflación para 2022 y cambia el escenario para el BCE. Siendo su mandato controlar la inflación -y estando cerca del 6% en la eurozona- la decisión se le complica y las presiones van a aumentar”. Miguel Córdoba, profesor de Economía Financiera de la Universidad CEU-San Pablo, también cree que “la presión sobre el BCE para que suba los tipos va a ser incontenible, así como que deje de comprar deuda pública soberana o que deje de dar a los bancos todo el dinero que quieran”. Y explica que las tres figuras (tipos, deuda y liquidez) “son facilitadoras de la inflación y si el dinero fluye sin control, los precios pueden seguir subiendo. Pero si se restringe, al no haber suficiente dinero o ser muy caro, la demanda disminuye y la oferta se tiene que adaptar al nuevo escenario. Por tanto, creo que subirán los tipos de interés este año, aunque serán subidas pequeñas y espaciadas”. Por su parte, Gonzalo Bernardos, profesor de Economía de la Universidad de Barcelona (UB), afirma que “los tipos actuales en el 0,0% se han acabado”. En su opinión, “prácticamente tenemos garantizado que en el segundo semestre haya una subida de los tipos de interés, aunque la duda es si el BCE los subirá un 0,25% o hasta un 0,75%”. Pero, antes de encarecer el precio del dinero, Bernardos recuerda que la autoridad monetaria y financiera debe retirar otra medida extraordinaria, la compra de deuda, lo que espera que haga en junio como tarde. Para Manuel Romera, director del Sector Financiero en IE Business School, todo dependerá del nivel al que llegue la inflación. “Si la guerra entre Rusia y Ucrania dura demasiado tiempo y no se resuelve en días, se va a producir suficiente inflación como para que el BCE no tenga más remedio que subir los tipos de interés este mismo año”, sostiene.

¿Ha llegado a su fin la era de las hipotecas más baratas de la historia?
El tipo mínimo de las hipotecas tocó mínimos históricos en 2021, pero los expertos dan por hecho que los intereses están abocados a subir a partir de ahora.
Caixabank Research, por ejemplo, ya sitúa al euríbor a 12 mesesen terreno positivo este año, mientras que Gonzalo Bernardos insiste en que “lo que ha sucedido en los últimos años no es lo normal, sino algo completamente inusual. Por tanto, ahora nos tocan subidas de tipos, un aumento del euríbor y probablemente en un plazo de 5-10 años veremos al euríbor por encima de la media histórica (que actualmente se sitúa por encima del 1,8%), porque las condiciones económicas han cambiado”.
Juan Villén, director de idealista/hipotecas, también cree que los tipos podrían haber tocado suelo. “El euríbor ya ha subido y no tiene pinta de que vaya a volver a mínimos”, mientras que “los tipos de nuevas operaciones están subiendo, sobre todos los fijos que son los que más se han visto afectados por la subida en la curva de tipos de interés a largo plazo. De hecho, algunos bancos, descontando una futura subida del euríbor, han bajado ligeramente el diferencial de sus nuevas hipotecas variables”.
¿Se encarecerán mucho las hipotecas a corto plazo?
Los expertos coinciden en que no habrá encarecimiento muy agresivo, sino que las subidas serán pequeñas y escalonadas en el tiempo.
Leyre López, analista de la Asociación Hipotecaria Española (AHE), cree que “independientemente de las decisiones que tome el BCE, seguiremos asistiendo a un entorno muy favorable de tipos de interés. El hecho de que puedan encarecerse en alguna medida las hipotecas no significa que los tipos de interés vayan a situarse en niveles comparativamente altos, pues parten de registros mínimos”.
Por su parte, Gonzalo Bernardos apuesta porque las hipotecas seguirán baratas en 2022 y 2023, aunque menos de lo que han estado hasta ahora.
¿Deben preocuparse las familias?
A pesar de que a corto plazo no se espera un fuerte encarecimiento de las hipotecas, la posible subida de los tipos de interés supondrá un aumento de las cuotas mensuales, lo que se convertirá en un desembolso extra para los hogares y que se sumará al de la cesta de la compra, las facturas domésticas o el transporte. En conjunto, sí se trata de un escenario preocupante para los hogares, según los economistas consultados.
Miguel Córdoba, por ejemplo, recuerda que “los salarios en España no son como los europeos” y que “muchos ciudadanos y familias llegan con dificultad a fin de mes”. Según un informe de UGT, basado en datos de la OCDE, el salario medio real de los trabajadores en España ha retrocedido en lo que llevamos de siglo. En concreto, ha caído un 1,1% en dos décadas, mientras que en la zona de la moneda común se ha incrementado más de un 12%.
Por eso, “las subidas energéticas y las previsibles de alimentos van a afectar necesariamente al coste de la cesta de la compra, y no es lo mismo que un europeo que cobra 3.000 euros al mes tenga que restringir un poco sus gastos de ocio o ir menos a restaurantes, que un mileurista español que si tiene que pagar 50 euros al mes tiene que apagar la calefacción o dejar de comer carne o pescado semanalmente porque no le llega. El problema nos pilla en una situación de debilidad que deja pocos grados de libertad al Gobierno, al margen de su orientación política”, insiste Córdoba.
